25 de Junio de 2006
En el Club 600 de Lugo no nos hemos querido perder el participar en La Vuelta a España en 600, aunque lo cierto, y creo que saltándonos las normas del mismo aunque de modo absolutamente ignorante pues nadie de nosotros se las leyó, fuimos la mar de cómodos y tanto la etapa de recepción como la de entrega del testigo no salimos de nuestra provincia. No obstante fuimos más organizados en la entrega, en la cual hasta nos dio por hacer un programa de actos y organizar un banquete, que en la recogida, pues esta última fue un mero «tomamos aquí un café» sin más adornos. Café al que además, tal fue nuestra desidia como anfitriones, que los recepcionados tuvieron que invitar.
Bien es cierto que todo ello no fue por un agravio comparativo hacia los compañeros coruñeses y a favor de los astures, pues a los primeros se les aprecia tanto, pero con aquello de que son más cercanos y como de la familia… pues ya se sabe.
En todo caso, en ambas ocasiones todos los asistentes, que no mento por ya haber quedado constancia en el libro de viaje, que acompaña al testigo y al cartel, lo pasaron fenomenal entre bromas y chistes (al menos yo así lo percibí), sin olvidar la sorpresa que nos tenían preparado el día de reunión con los asturianos el propietario del restaurante que no fue otra cosa que un dúo musical de esos de la BBC (que por cierto la música era completamente en play-back), con los que nos echamos unos bailes al más puro estilo fiesta pueblerina, de lo cual queda perfecta constancia en las fotos que realizamos.
Como siempre infinidad de anécdotas y roturas de palieres como acostumbrados estamos de otros viajes en nuestros «seillas», pero no las cuento que ya no me acuerdo o quizá sí.
